El primer caso sucedió cuando la División Delitos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad vio emerger de una galería lucrativa situada en la confluencia de avenida Corrientes y Pasteur a un individuo, de 35 años aproximadamente, metiendo dispositivos celulares entre su ropa y estando irritable ante la figura policial.

Los uniformados provinieron a identificarlo y, en apariencia de declarantes, le hallaron una terminal que estaba avisado como robado ante el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) y otro que estaba fraudulento, ya que no le incumbía el número de IMEI del teléfono.

Luego, se forjó sugerencia con el Juzgado Criminal y Correccional Federal Número 3, Secretaría 5, y se puso la detención del personaje, de ciudadanía peruana, y la incautación de los teléfonos que llevaba.

El próximo hecho sucedió en Corrientes al 2300, cuando la misma partición vio a otro individuo, de 18 años aproximadamente, saltar de una galería lucrativa mostrándose arisco, por lo que provinieron a identificarlo.

Igualmente con la representación de declarantes, los funcionarios encontraron entre los bienes del joven  un teléfono cuyo código IMEI constaba denunciado por robo en la base de datos del Ente Nacional de Comunicaciones.

En el robo medió el mismo magistrado, Secretaría Nº6, que instaló la demora del involucrado y el decomiso de la terminal de telefonía.

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