Martín Griffin, de 29 años, forma parte del programa Escuelas Verdes del ministerio de Educación de la Ciudad y ha sido reconocido a nivel internacional por involucrar a los jóvenes de la educación secundaria en temas de cambio climático y liderazgo. “El papel de la juventud es fundamental”, afirma. Cuando Martín Griffin se expresa, no le importan las características de su público. Puede estar ante pocos o muchos, adolescentes o adultos; en cualquier caso, cada una de sus palabras está impregnada de pasión.

Con 29 años, impulsa la Escuela de Líderes Climáticos, un proyecto del Ministerio de Educación dirigido a los jóvenes de las escuelas secundarias de la Ciudad. “Capacitamos a los estudiantes en cuestiones de cambio climático y liderazgo. La intención es que se conviertan en agentes de cambio en sus colegios y comunidades”, explica Martín.

Junto a un equipo del programa Escuelas Verdes, se presenta semanalmente en un colegio porteño. “Es nuestra puerta de entrada para invitar a los chicos a ser parte del proyecto”, sostiene el licenciado en Gestión Ambiental.

Durante estas sesiones, les explica a los estudiantes sobre el permafrost, una capa de suelo que debería permanecer congelada, pero que está derritiéndose; sobre el aumento del nivel del mar y la posibilidad de que algunas islas del Pacífico queden sumergidas; y sobre fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones o tormentas, que se volverán más frecuentes a medida que la temperatura promedio del planeta aumente. También aborda el Acuerdo de París, un pacto firmado por todos los países del mundo que se comprometieron a no superar un incremento de 2° respecto a los niveles preindustriales. Además, habla de Greta Thunberg y de cómo la activista sueca comenzó a interesarse en su escuela por el cuidado del medio ambiente.

Martín reconoce en los jóvenes un rol esencial en la lucha contra el cambio climático: “Son los agentes que pueden transformar el futuro en el que vivirán y que sufrirá más las consecuencias del cambio climático. También son ciudadanos del presente que pueden alterar la realidad actual”. Es desde esta perspectiva que la Escuela de Líderes Climáticos busca interpelar a los estudiantes de las secundarias porteñas.

A través del proyecto, se llevan a cabo diversas actividades, capacitaciones y talleres. “También participan los docentes, pero siempre dándoles un rol destacado a los chicos”, aclara Martín. Durante el año se realizan encuentros y capacitaciones que conectan a estudiantes de diferentes instituciones porteñas para que debatan sobre estos temas. “Recientemente organizamos el Festival Inspira, Conecta, Actúa (FICA), donde reunimos a 400 chicos de las escuelas de la Ciudad para trabajar y pensar soluciones a la crisis climática”, relata.

La clase avanza y Martín introduce una nueva temática: el liderazgo. Se extiende sobre las habilidades blandas y los espacios donde se pueden llevar a cabo diversas acciones, así como la magnitud de las mismas. Abre el debate con los alumnos. Ellos proponen plantar más árboles y fomentar la transición energética. Un grupo sugiere modificar el Código Urbanístico. En sintonía con los estudiantes, el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, envió a la Legislatura porteña un proyecto para actualizarlo con el objetivo de promover la sustentabilidad urbana y la calidad ambiental del hábitat construido, contribuyendo a contrarrestar los efectos del cambio climático. “Esta iniciativa que promovemos permitirá que la Ciudad crezca de manera equilibrada y sostenible. Queremos proteger esa identidad que nos distingue y que nos hace sentir orgullosos de vivir en Buenos Aires”, expresó Macri.

Martín indica que muchas de las actividades surgen de las conversaciones con los chicos y que, por esa razón, tienen una buena respuesta por parte de los estudiantes: “Suelen participar activamente y mostrar mucho interés porque lo pensamos desde los chicos y para los chicos”. Y añade: “Para nosotros es fundamental recuperar su mirada y su perspectiva sobre estos temas para trabajar conjuntamente y articular proyectos que enfrenten la crisis climática”.

Por su labor, Martín fue reconocido por la Asociación Norteamericana de Educación Ambiental (NAAEE) con el premio EE 30 Under 30, otorgado a los 30 educadores ambientales menores de 30 años más destacados del mundo. “Es un reconocimiento a mi trayectoria, pero no solo a la mía, sino también a todas las actividades que hemos realizado en la Escuela de Líderes Climáticos y el programa Escuelas Verdes”, afirma. Martín comparte que se interesó en esta temática durante su adolescencia y por casualidad: “Con un compañero buscábamos actividades para realizar en la escuela fuera de nuestro horario de clases y fue así como surgió la idea de hacer un proyecto juntos sobre la temática ambiental”. Así comenzó su camino, que continuó con la Licenciatura en Gestión Ambiental y con la Maestría en Derecho y Economía del Cambio Climático, que aún está en curso.

También narra que, junto a sus compañeros, llevó a cabo actividades con niños más pequeños, incluso de nivel inicial. “Ahí noté su genuino interés y sentí el placer de enseñar, motivar y transmitir conocimientos. Ese fue mi primer paso y estímulo para iniciar mi trayectoria como educador”, señala.

Finaliza la clase y Martín ya está pensando en la próxima. “Todo este trabajo en torno a la educación ambiental es un orgullo y me motiva enormemente a seguir adelante”, apunta. Siempre con pasión, porque está convencido de que el mundo puede ser un lugar mejor.

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