Mediante una denuncia anónima que se efectuó en julio del 2020,que afirmaba que en el barrio operaba una organización dedicada a la venta de estupefacientes, la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes, a cargo de la doctora Martín, confirmó una investigación para poder llevar a cabo la detención.

Por mas de siete meses, personal de la División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad hizo distintos allanamientos en la zona denunciada, llevando adelante un trabajo de campo, analizando más de cien horas de filmaciones de cámaras de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.

Recabando la información que cotejaron, pudieron confirmar que en la calle Castillo al 1200 hay un domicilio, cuyos habitantes negociaban droga en el barrio y tenían antecedentes por diversos delitos, entre otros venta de droga y robo a mano armada.

Los detectives informaron que dos hermanos eran los cabecillas de la banda, mandaban a un menor, hijo de uno de ellos a efectuar las ventas, porque si era detenido, quedaría inmediatamente en la libertad.

Así, la  unidad fiscal competente ordenó el allanamiento en el domicilio, tarea que estuvo a cargo de la brigada de Precursores Químicos, en cooperación con las Divisiones Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM), Canes y Video Operativo, todas colaboraron en conjunto. 

El resultado del procedimiento dio que fueron secuestrados seis ladrillos de marihuana, también pedazos y mas de 30 envoltorios de la misma droga por un peso total de 5,644 kilogramos, 24 envoltorios de nylon con cocaína, dos balanzas de precisión, cuatro cuchillos, una tijera, la suma de 8.450 pesos, incluyendo un bidón con monedas y dos teléfonos celulares para efectuar la venta ilegal.

El clan también era integrado por una hermana de los cabecillas, y se completaba con otros dos familiares políticos.

La fiscal ordenó el secuestro de toda la droga y de los demás elementos encontrados, y el traslado de los seis detenidos, quienes, tienen varios antecedentes por robo y  por causas vinculadas al narcomenudeo, hasta la dependencia más cercana de la Policía de la Ciudad.

Luego, unos días más tarde del procedimiento, uno de los dos delincuentes que se encontraba prófugo se entregó a la Justicia y mediante un juicio abreviado se convino una condena de 4 años de prisión de efectivo cumplimiento por venta de estupefacientes. 

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