Cientos de vendedores ambulantes participan del Programa de Capacitación de Habilidades y Oficios dictado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.

“Cierren los ojos y señalen hacia donde crean que está el norte, luego los tienen que abrir y tienen que ver a sus compañeros. Esto sirve para que podamos saber a donde vamos”, con estas palabras se inició el curso destinado a las personas que fueron desplazadas de las veredas de la zona Once semanas atrás.

La administración del tiempo y la perspectiva del emprendimiento fue uno de los objetivos del curso. Según el docente del curso Daniel Carballo “es muy interesante la proactividad de todos los participantes. Están ávidos de conocimientos para ver cómo mejorar sus ventas. Hay que entender que el cliente es la persona más importante de ese lugar, si no hay cliente no hay dinero y si no hay dinero no hay rentabilidad”

Los participantes también dijeron su opinión al respecto. Lina, es de nacionalidad peruana, trabajó con su manta durante cuatro años, ahora no pudo ocultar una sonrisa en su rostro: “Hacía mucho que no estudiaba, pero es muy interesante porque escuchamos muchas ideas; van saliendo cosas de nuestra cabeza que no las teníamos. El negocio es la empresa, que es la familia. Es algo que emprendemos todos los que estamos en la casa, todo lo pensamo en conjunto. Nosotros queremos sacar adelante un país donde estamos albergados”.

Su compatriota Venancia, agregó “Yo vendía tutucas, pochoclo, pan peruano y un plátano grande que le llaman chifle. Para mi está es una gran oportunidad”.

“Nos conocimos en Once, es bueno lo que están dando acá para poder mejorar nuestro negocio. Vamos a poder trabajar en una campaña y mejorar. Esperamos tener una oportunidad para poder trabajar y tener una buena vida” afirmó Peter, mantero senegalés haciendo uso de su español forzado.

La alegría de los vendedores ambulantes parece mostrar una luz de esperanza para encontrar una solución a la necesidad de encontrar trabajo que tienen miles de persones. La CAME les otorgará un subsidio por el plazo de dos meses para que completen la capacitación e ingresen al circuito del comercio legal.

Si bien es un paso importante y necesario, nada garantiza que la situación se resuelva cuando estas personas tengan que salir a competir en la venta de sus productos en el marco de una caída significativa del consumo. Tal vez su capacidad de vender mercadería a precios más baratos les permita sostenerse en el tiempo, cuando estén ubicados en los predios dispuesto por el Gobierno de la Ciudad.

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