
El costo de vida en la Ciudad de Buenos Aires continúa en ascenso. Durante octubre, una familia tipo —dos adultos y dos hijos menores— necesitó $2.036.155 mensuales para ser considerada de clase media, sin incluir el valor del alquiler. Si se suma el costo de un departamento, el piso supera holgadamente los $3 millones, según datos del Instituto de Estadística y Censos porteño (DGEyC).
Para evitar caer en la pobreza, el ingreso del hogar debía superar los $1.279.205, mientras que la línea de indigencia se estableció en $687.366. Entre esos montos se ubican los sectores catalogados como vulnerables y de clase media frágil. En paralelo, los alquileres de departamentos usados promediaron $454.388 para monoambientes, $618.452 para unidades de dos ambientes y $939.565 para tres ambientes.
Así, un hogar inquilino necesitó más de $2 millones al mes para no ser pobre y más de $3 millones para mantenerse dentro de la clase media. El informe aclara que estas cifras pueden variar según los servicios contratados —como medicina prepaga o educación privada— y el tipo de vivienda. Se estima que cerca del 35% de los hogares porteños alquila.
A la vez, el 21,1% de la población de la Ciudad, equivalente a unas 650.000 personas, se encuentra por debajo de la línea de pobreza, un aumento respecto del 19,9% registrado el trimestre previo. Los indigentes representan el 6% de los habitantes, mientras que los vulnerables no pobres crecieron del 9% al 10,5%. La clase media, que una década atrás superaba el 54%, hoy se redujo a aproximadamente el 45%.
En cuanto a los rubros que más aumentaron, los bienes subieron 2,2%, impulsados principalmente por alimentos —frutas (8,6%), panificados (2,7%) y carnes (1,7%)—, además de combustibles, indumentaria (2,8%) y automóviles (2,7%).
Por su parte, los servicios avanzaron 2,1%, con incrementos en alquileres, gastronomía, medicina prepaga, cuotas escolares y paquetes turísticos, consolidando una tendencia inflacionaria más marcada en los gastos esenciales del hogar urbano.