Queridos vecinos y vecinas de la Ciudad de Buenos Aires:
Les escribo esta carta a partir de los comentarios que surgieron desde que el viernes 17 de abril anunciamos nuestra intención de reforzar el cuidado a las personas mayores de 70 años. Yo siempre los escucho y esta no es la excepción.
Si bien varias personas y referentes de la sociedad me manifestaron su apoyo a esta decisión, también es cierto que, por distintos medios, muchos otros me manifestaron su preocupación.
Quiero, antes que nada, decirles que entiendo perfectamente la frustración, e incluso hasta el enojo que sintieron algunos adultos mayores de la Ciudad. Mi intención no es subestimar ni hacer sentir mal a nadie.
Sin embargo, no puedo negar la realidad: toda la evidencia del mundo muestra que los mayores de 70 son, por lejos, quienes más riesgo de vida tienen. En Europa, 8 de cada 10 fallecidos por el virus son adultos mayores. Y en la Argentina, el promedio de edad de los fallecidos es de 71 años.
Yo no puedo evitar que el virus afecte más a unos que a otros. Es simplemente la forma en la que esta pandemia se desarrolla. Lo que sí es mi responsabilidad es tomar las medidas que estén a mi alcance para evitar la mayor cantidad de muertes posibles.
Para esto, tenemos un Plan Integral de Asistencia y Acompañamiento para los Adultos Mayores que contempla no solamente el cuidado de la salud física, sino también la contención psicológica y emocional que todos necesitamos en este momento difícil donde está en juego lo más valioso que tenemos, que es la vida.
Tenemos una red de profesionales de la salud mental que están dispuestos a escucharlos y también reforzamos las propuestas culturales y de acompañamiento afectivo para que puedan estar en casa de la mejor manera posible.
Ahora, lo más importante es disminuir al mínimo posible las salidas a la calle. Y ese el espíritu de la decisión que comunicamos el viernes, porque todos vemos que hoy hay mayor circulación de gente en la calle. Y eso significa mayor riesgo de contagio.
Puedo entender que la comunicación pública de esta medida no fue clara al mencionar la palabra “permiso”. Pero nuestra intención siempre fue, es y será ayudarlos a cuidarse. No buscamos controlarlos ni mucho menos restringir su libertad y su autonomía. Solamente les pedimos que nos llamen antes de salir para que podamos ofrecerles las alternativas que tenemos en la Ciudad para solucionarles sus necesidades, minimizando así las salidas y sus riesgos.
En primer lugar pidiéndoles a sus familias que los ayuden. Y para quienes no cuenten con este apoyo, hay 35 mil voluntarios del programa “Mayores Cuidados” totalmente dispuestos a ir al supermercado o a comprarles un remedio para que no tengan que salir. Lo mismo los encargados de edificio, que también están dispuesto a ayudarlos.
Posiblemente esta sea una de las decisiones más difíciles que me tocó tomar, porque sabía que iba a doler. Incluso algunos me hablaron del costo político que podía tener la medida.
Quiero ser claro: en esto no hay especulaciones políticas. Y menos, cuando está en juego la vida de la gente.
Sé que quedarse en casa es difícil. Pero estamos acá para ayudarlos y asistirlos. Les pido a todos que nos acompañemos.
Que la historia no sea cómo nos afectó el coronavirus, sino cómo salimos adelante todos juntos.
Fuente: GCBA