Este 20 de junio, Buenos Aires viste los colores patrios para conmemorar un nuevo aniversario del Día de la Bandera. Como novedad, el Gobierno de la Ciudad junto con el Regimiento de Granaderos enarbolaron frente en la Plaza de Mayo la bandera más grande en flamear en la Nación Argentina. Se trata de una bandera oficial de 23,5 metros de ancho por 13.3 metros de alto, para tomar dimensión de su tamaño podríamos desplegarla desde el frente de un edificio cubriendo hasta el octavo piso.
El monumental paño fue realizado por las distintas áreas que integran el Taller de Banderas de la Dirección General de Competencias y Talleres bajo la órbita de la Secretaría de Atención Ciudadana y Gestión Comunal de la Ciudad. La insignia supera los 310 metros cuadrados de superficie. Estás dimensiones implican, entre otros detalles del proceso de elaboración, una ardua tarea de pintura artesanal del sol, que según las proporciones especificadas reglamentariamente alcanza un tamaño de casi 4 metros de diámetro y corona su centro.
“Dedicamos este homenaje como símbolo de júbilo para conmemorar al creador de nuestra bandera, Manuel Belgrano, y las fechas patrias que nos representan a todos los argentinos”, señaló Julia Domeniconi, secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal. “Es un aporte que hacemos desde la Ciudad, entendiendo el profundo sentimiento que tenemos por nuestros colores como símbolo de unión y esperanza”.
Durante varias semanas, el área de Elaboración textil y Ornamentaciones del taller trabajó en la confección de la insignia patria a gran escala, que duplica en tamaño a la que suele ubicarse en este emplazamiento y que alcanza una superficie de 150 metros cuadrados. La realización de los paños albicelestes que ondean tanto en Plaza de Mayo como en el resto de plazas, parques, colegios e instituciones públicas de la ciudad es llevada a cabo por especialistas en vexilología y heráldica, diseño, estampado y costura del taller.
El proceso de confección de la bandera más grande de flameo del país dio inicio con el corte de la franja central, de color blanco, y el pintado a mano del sol, cuya dimensión debe ser proporcional al tamaño de la bandera. Además, tal como lo estipula la reglamentación el sol cuenta con 32 rayos: 16 son rectos, otros 16 van intercalados y son flamígeros, es decir, ondulados. El rostro que lleva el sol está inspirado en el diseño de la primera moneda nacional, acuñada en 1816, aunque luego se ajustó manteniendo su estilo figurativo.
En una segunda instancia, el personal del taller se encargó de la preparación de las franjas celestes y de la posterior costura de las tres telas para unir los paños y dar forma a la bandera. La sala de costura se encargó de los múltiples detalles inherentes al proceso, desde la terminación en overlock de los bordes de las fajas a los dobladillos, refuerzos y márgenes para la colocación de las sogas de izado, correspondientes a las banderas de exteriores.
Una vez planchada y doblada, la bandera argentina salió del taller rumbo a su destino: el mástil que corona la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, donde fue izada esta mañana en un acto ceremonial a primera hora del día. El paño celeste y blanco será custodiado por la Unidad del Ejército del Regimiento de Granaderos para ser izado en fechas especiales.
El resto del año, flamea en Plaza de Mayo una bandera de 150 metros cuadrados de superficie en tela y que requiere de una producción particular. Es una bandera que exige ser renovada con una frecuencia muchas veces menor al mes, tanto por su deterioro por la exposición a la intemperie como por la importancia de que se encuentre en perfecto estado de conservación por situarse frente al edificio gubernamental y en las inmediaciones de edificios históricos como el Cabildo. La bandera de Plaza de Mayo es izada y arriada a diario por la Guardia de Granaderos de la Casa Rosada y el equipo del Taller de Banderas de la Ciudad tiene el honor de confeccionar cada ejemplar.
El Taller de Banderas de la Ciudad fue fundado en 1946 y hoy sus instalaciones funcionan en el barrio de Chacarita, sobre la avenida Dorrego al 690. Allí se producen banderas que luego se izan en mástiles de espacios abiertos o forman parte de los armados de escenografías en eventos o actos ceremoniales de distintos rangos. Las banderas oficiales se realizan respetando la reglamentación estipulada por Ley, que determina los colores exactos, proporciones, tipos de tela y las características a tener en cuenta en el proceso de confección.
En el taller se elaboran mayoritariamente banderas de Argentina y de la Ciudad de Buenos Aires, aunque también se da respuesta a pedidos para actos de ceremonial y protocolo produciendo, por ejemplo, las insignias de otras provincias o países ante la visita de autoridades extranjeras. En el espacio también se producen los escudos de la Ciudad que identifican a las sedes del gobierno porteño.