La compañía Teatro Ciego sigue adelante con sus propuestas ingeniosas y desafiantes con Iluzo: un espectáculo de magia hecho completamente a oscuras. ¿Es posible la sorpresa cuando la vista es dejada de lado? ¿El corazón siente lo mismo aunque los ojos no vean? Con una propuesta divertida y, al mismo tiempo, inteligente, Iluzo logra cautivar al público sin importar la edad.
En las épocas actuales de hiperconectividad, es difícil pensar que algo nos sorprenda, sobre todo si no carga consigo una inversión enorme en postproducción. Bueno, siempre hay excepciones a la regla y el ingenio humano puede desprenderse de los recursos económicos para generar impacto en el espectador. Iluzo, la nueva propuesta de la compañía Teatro Ciego, es un claro ejemplo de ello.
¿Es posible hacer magia si no te pueden ver? ¿Se siente el mismo impacto sin los elementos visuales? Iluzo juega con esa inquietud, al igual que con los demás espectáculos de la compañía. Al quitarle a un público occidental su sentido más utilizado, se abren las puertas de lo acallado: la posibilidad de experimentar sensaciones nuevas y también conocidas, pero de una nueva forma.
¿Podemos hacer magia si no nos pueden ver? ¿Sin los elementos visuales tenemos la misma sensación ? Iluzo demuestra que si se puede hacer.
En ese sentido, el espectáculo da una gran pista antes de entrar: “¿No es acaso la capacidad de creer, una maravillosa virtud de los seres humanos? Iluzo no es un espectáculo de magia convencional, es una propuesta en la más absoluta oscuridad que amplía y desafía los límites del ilusionismo. Sin luz, serán nuestros sentidos los protagonistas de esta hazaña única e innovadora.” Sin sus dos principales aliados, el espectador volverá a un trance de la infancia, donde todo puede ser posible si se deja cautivar por la fantasía.
Otro componente a destacar de Iluzo es su apuesta al humor, distendiendo el ambiente y facilitando que los juegos mentales e ilusiones florezcan en un terreno más fértil. Los recursos que caracterizan a los espectáculos de Teatro Ciego juegan en este espectáculo un papel secundario en comparación con otras propuestas, pero no por eso menos importantes, ya que los sonidos, los aromas y la muy buena performance de los actores hacen olvidar por momentos las explicaciones racionales a los trucos. Sin sus dos principales aliados, el espectador volverá a un trance de la infancia, donde todo puede ser posible si se deja cautivar por la fantasía.
Con trucos ingeniosos, que desafían la confianza y la inteligencia del público, Iluzo es un show apto para todo público. Con una salvedad: tiene que ser un público que confíe en sus sentidos más allá de la vista; un público que deje atrás la costumbre de buscar explicaciones en todo y se entregue a la magia de un espectáculo divertido, que en la aparente inocencia de su propuesta, hay otra forma de entender las cosas que nos rodean.