
La Ciudad modernizó el patio de juegos de Plaza Olivera con una propuesta recreativa inspirada en la Edad Media. Con la finalidad de optimizar los espacios verdes porteños para el disfrute de los vecinos, el Gobierno de la Ciudad avanza en la creación de patios de juegos con diseños innovadores en diferentes plazas y parques de las comunas. Dentro de estas iniciativas, se encuentra la nueva atracción de Plaza Olivera, ubicada en el barrio de Parque Avellaneda. La propuesta sobresale por su diseño temático, su integración con el paisaje y su carácter accesible.
Un mangrullo con forma de castillo medieval transformó la identidad del lugar, convirtiéndolo en un punto de encuentro para las familias de la zona.
Plaza Olivera ocupa una manzana dividida en dos sectores triangulares por el trazado de la Avenida Olivera. El patio se localiza en uno de esos triángulos. Su estética se inspiró en la historia del barrio: Parque Avellaneda se asienta en lo que fue la antigua chacra “Los Remedios”, perteneciente a la familia de don Domingo Olivera. El estilo medieval fue elegido al encontrarse vínculos entre dicha familia, que da nombre al espacio verde, y aquel período histórico europeo. A partir de esa idea, se diseñó un mangrullo de gran tamaño con apariencia de castillo, construido en madera y hierro.
El área recreativa se amplió y se organizó en dos sectores: uno más sereno, con arenero y pisos blandos de caucho con texturas y colores estimulantes para los más pequeños; y otro más dinámico, con juegos de destreza y movimiento pensados para chicos mayores. También se incorporó un pórtico de hamacas.
Un aspecto distintivo del espacio es el cerramiento perimetral con vegetación autóctona, que actúa como barrera visual y física respecto de la avenida, al tiempo que integra el patio con el entorno verde. Esta delimitación acompaña la forma del sector de juegos y ayuda a generar un ambiente seguro y contenido.
La reciente remodelación del patio de Plaza Olivera formó parte de una intervención integral, que además sumó nuevos espacios de descanso y mobiliario urbano. Para mejorar la circulación y garantizar la accesibilidad, se rediseñaron los senderos, reemplazando parte de la superficie de granza por hormigón peinado, acompañado de césped y una propuesta paisajística renovada que mantiene la capacidad absorbente del suelo.