Un giro magistral de Botta le dio la victoria a San Lorenzo sobre Independiente en la noche de Avellaneda
El Ciclón viene de racha y se acaba de ubicar como único segundo del torneo, posición que le permite afrontar sus compromisos con mayor tranquilidad para lograr el objetivo de clasificar para la Libertadores.
Lo del miércoles ratifica aquello de que los triunfos tonifican y que, desde las modestas pretensiones de un equipo sin refuerzos notables y sin estrellas locales fulgurantes, se puede tener pasajes de buen fútbol, inclusive, e imponerse, en su casa y con justicia, al siempre peligroso Independiente. El más pequeñín, Barrios, lució alto, rubio y de ojos azules. Botta se mandó un golazo de esos que pagan la entrada. Y atrás Coloccini, sacó todo lo que se le cruzó por arriba y por abajo en sociedad con Caruzo que fue inexpugnable hasta su lesión en un hombro. Y las manos de Navarro, de buen desempeño, aunque poco requerido, dada la inoperancia roja.
Holan tuvo el mal gusto de declarar en conferencia de prensa que “Es difícil jugar un partido de rugby con una pelota de fútbol, cada tres pases nos hacían un foul”. Reclamar por la táctica del adversario no suena a lealtad futbolística del análisis. Y, en general reclamar por el mal arbitraje en la presunción de tres penales a su favor, no cobrados, un “combo” que no es propio de un entrenador que ha creado uno de los más festejados estilos de juego de los últimos tiempos.
El domingo a las 11 de la mañana –sí, no es la misa, es el partido– el Ciclón tratará de redondear una semana que ya asoma como perfecta tras dos dificilísimas victorias de visitante, nada menos que de Lanús –un “cuco” en los últimos enfrentamientos– e Independiente, partido postergado de la fecha 15 de la Superliga por los compromisos internacionales de los rojos. Esta vez tendrá que ratificar esos recientes pergaminos ante su público en el Nuevo Gasómetro y con el “Tomba” como rival, otro de los pretendientes a clasificar para la Copa.