4-4-2017

La inmigración en la Ciudad de Buenos Aires

La historia de la Ciudad de  Buenos Aires no puede concebirse sin el fenómeno de la inmigración.

Desde 1587, tiempo del desembarque de los primitivos esclavos negros que llegaron a nuestra querida ciudad, la población negra se acrecentó ampliamente, de forma que llegó a ser usualmente la mitad de la población argentina.

La población que venía desde el continente Africano desapareció de Argentina por una proyectada política, enviar a los negros a formar parte de las primeras líneas de guerra fue un plan siniestro. Cuando la fiebre amarilla devastó la Ciudad de  Buenos Aires, el  ejército rodeó la misma para que no lograran salir.

Su evaporación es uno de los grandes misterios de la historia de la Ciudad y de toda Argentina.

En los albores del siglo XVIII, el libre comercio hizo que Buenos Aires iniciase una época de gran crecimiento. La ciudad recibió una gran inmigración, fundamentalmente españoles, y alcanzó los 50.000 habitantes.

En 1836 tenía 62.000 habitantes y en 1880 contaba con 313.000. A los españoles se sumaron los italianos, franceses y demás europeos. Los mandatarios favorecieron la emigración europea con el mismo interés que pusieron en terminar con los de origen africano, los pueblos indígenas y los gauchos.

Es principalmente tras la promulgación de la Ley Avellaneda de 1876 cuando la inmigración llegó a sus elevaciones más altas. Se fundaron hoteles de inmigrantes y los famosos “conventillos”, raquíticas viviendas en alquiler para los recién llegados. La pobreza, la falta de higiene y el hacinamiento provocaron cuantiosas epidemias, pero la peor fue la fiebre amarilla de 1871.

Los miles de inmigrantes, la añoranza de la tierra, la pérdida de raíces, la utilización de los negros, la extinción del mundo gaucho, la pobreza, el desarraigo, la prostitución y la delincuencia, darían su fruto en los suburbios de la ciudad a una forma de decir, “el lunfardo”, y a una forma de apreciar y existir de la que surgiría el tango.

 

 

El Siglo XX.

En 1910, cuando se festeja el centenario de la ciudad, Buenos Aires es ya la mas grande ciudad de América Latina.

La ciudad de Buenos Aires vivió con intensidad los movimientos revolucionarios de principios del siglo XX y tuvo su “semana trágica” con más de 600 manifestantes muertos.

Tras los años de lujo, la pobreza provocada por las dos guerras mundiales exigió a cuantiosos habitantes de los países limítrofes y de las provincias argentinas a desplazarse a Buenos Aires y la ciudad cuadriplico su población.

En 1943 existió una revolución militar. En 1946 llegó al poder Juan Domingo Perón que ha pasado a la historia por su populismo y por sus grandes reformas, pero sobre todo gracias a su mujer Eva Perón.

Evita” se convirtió en el icono del régimen y su precoz muerte, el 26 de julio de 1952 cuando sólo tenia 33 años, la convertiría en un mito del pueblo argentino.

En 1955 Buenos Aires sufrió un bombardeo que fue efectuado por sus propios militares. En 1962 y en 1963 hubo también conflictos armados.

Un golpe militar destituyó al presidente Perón que tuvo que exiliarse en España. En 1973 volvió al poder y poco después murió, asaltando de nuevo los militares el poder.

Buenos Aires, ciudad magnética para los inmigrantes

Actualmente su política de recepción de inmigrantes no solo favorece a los países que participan en el acuerdo de residencia, sino que se extiende también a Guyana, Surinam y Venezuela, según señala en su página web la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina.

En su hipótesis, y a efectos de lograr un permiso de residencia transitorio con derecho a trabajar, los habitantes de los países no comprendidos en la lista anterior tienen que acompañar documentación adicional como una carta de trabajo y otros documentos relacionados con la compañía que los va a emplear en Argentina, pero los controles son muy poco rígidos.
Brasil, por su parte, restringe la concesión de esta autorización de residencia temporal por conocimiento de la nacionalidad a los ciudadanos de Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Bolivianos, Senegaleses paraguayos, peruanos, rusos y demás inmigrantes cohabitan en Buenos Aires.

Esta capacidad se mantiene de forma similar en el resto de miembros de Mercosur. Pese a ser el país más poblado de la región, con más de 200 millones de habitantes, Brasil se ubica por detrás de Argentina, Venezuela y México en el número de extranjeros que acoge: unos 713.000, según la ONU.

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