
La Casa Obarrio, una mansión de estilo neoclásico construida a principios del siglo XX en la calle Manuel Obarrio al 2900, en el barrio Parque de la Ciudad de Buenos Aires, ha sido recientemente objeto de controversia. La polémica se desató cuando una publicación en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) mostró una fotografía de la fachada del edificio, detrás de un portón y un cartel que indicaba la autorización para su demolición total. La usuaria que compartió la imagen expresó su preocupación: “Van a demoler esto. Están dementes”.
Respuesta del Gobierno porteño
Ante la alarma generada, funcionarios del Gobierno de la Ciudad respondieron asegurando que la mansión “está quedando hermosa”. Sin embargo, se ha observado que el edificio fue descatalogado, es decir, removido del listado de inmuebles protegidos. Esta descatalogación permite al propietario solicitar permisos de demolición sin necesidad de someterse a evaluaciones patrimoniales previas.
Marco legal vigente
Cabe destacar que, en abril de 2023, la Justicia porteña dictó un fallo que prohíbe al Gobierno de la Ciudad autorizar demoliciones de edificios construidos antes de 1941 sin antes realizar una evaluación patrimonial. Esta medida busca proteger aproximadamente 141.000 inmuebles de valor histórico y cultural en la ciudad. Sin embargo, la misma sentencia establece que, si un edificio es evaluado y no se le otorga valor patrimonial, puede ser demolido. En el caso de la Casa Obarrio, se ha informado que fue evaluada y no se le asignó valor patrimonial, lo que permitió su descatalogación y la posterior autorización para su demolición.
Situación actual de la Casa Obarrio
La Casa Obarrio fue evaluada y, según la información disponible, no se le asignó valor patrimonial, lo que permitió su descatalogación y la posterior autorización para su demolición. Este proceso ha generado debate sobre la eficacia del sistema de protección patrimonial y la necesidad de revisar los criterios de evaluación utilizados.
La situación de la Casa Obarrio refleja las tensiones entre el desarrollo urbano y la conservación del patrimonio arquitectónico en la Ciudad de Buenos Aires. Mientras las autoridades defienden las políticas actuales, organizaciones y vecinos abogan por una mayor protección de los inmuebles con valor histórico, buscando un equilibrio entre modernización y preservación cultural.