
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires vivió este miércoles 2 de julio una jornada gélida sin precedentes en las últimas tres décadas. Durante las primeras horas de la mañana, los termómetros marcaron -1,9 grados Celsius, una cifra que no se había alcanzado desde el mes de agosto de 1991, de acuerdo con datos proporcionados por el Observatorio Central de Buenos Aires, organismo dependiente del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Un amanecer bajo cero
El descenso térmico comenzó a notarse con mayor intensidad en la madrugada, pero fue entre las 7 y las 8 de la mañana cuando las marcas más bajas comenzaron a consolidarse. A las 7, la temperatura mínima registrada fue de -1,4°C, que luego se profundizó hasta alcanzar los -1,9°C, ya entrada la mañana. Para las 8, el termómetro apenas marcaba -1,3°C. Esta última actualización confirmó el récord térmico del año 2025 en la capital argentina.
El frío polar se sintió con especial dureza en barrios del sur de la ciudad y zonas verdes donde la sensación térmica incluso fue aún menor, debido a los efectos del viento calmo y la baja humedad, dos factores que potencian la pérdida de calor en el ambiente.
Comparación con registros históricos
Para encontrar una temperatura similar en Buenos Aires hay que remontarse a más de 30 años atrás. El último antecedente de una mínima tan baja fue el 1 de agosto de 1991, cuando el termómetro alcanzó los -2,3°C, una de las marcas más frías registradas en el siglo XX en la ciudad.
Este nuevo récord para 2025 se inscribe dentro de una serie de episodios extremos que viene registrando el clima en diversas regiones del país durante el invierno austral. En ese sentido, la Ciudad no es una excepción, aunque suele estar más resguardada de los fríos más intensos gracias al efecto moderador del Río de la Plata.
Qué dice el Servicio Meteorológico Nacional
Según el informe oficial del SMN, tras las temperaturas extremas matinales, se produjo un leve ascenso en el termómetro. Hacia las 10 de la mañana, la temperatura ya había trepado a 6,7°C, en parte debido a la radiación solar y a la escasa nubosidad registrada.
De cara a los próximos días, el pronóstico elaborado por el organismo meteorológico nacional prevé una suba paulatina de las temperaturas mínimas y máximas. Para el jueves 3 de julio, se espera una mínima de 2°C y una máxima de 13°C, mientras que el viernes 4 el piso térmico subirá a 6°C y la máxima alcanzará los 14°C, confirmando que la ola de frío será breve.
Una ola de frío de corta duración
“La ola de frío en Ciudad de Buenos Aires será relativamente corta, no más de tres días. Se espera que finalice este mismo miércoles con el ascenso progresivo de las temperaturas”, explicó el climatólogo José Luis Stella, vocero del Servicio Meteorológico Nacional, en declaraciones al portal egosargentinos.
Según Stella, estos fenómenos no
son inusuales, pero sí llamativos por su intensidad: “Durante los inviernos más crudos es posible que tengamos uno o dos eventos así de marcados. Lo que resulta excepcional es que ocurra tan temprano en julio y con valores tan bajos en pleno centro urbano”.
Factores que influyeron en el descenso térmico
Los especialistas meteorológicos señalan que este tipo de episodios está asociado a una combinación de factores. Entre ellos se destacan:
- El ingreso de una masa de aire polar desde el sur del continente, que avanzó durante el fin de semana y se estacionó sobre el centro del país.
- El cielo despejado durante la noche, que facilitó el enfriamiento radiativo del suelo.
- La escasa o nula nubosidad, que no ofreció ningún tipo de “cobertura” térmica.
- El viento calmo, que permitió que el aire frío se concentrara en las capas bajas de la atmósfera, especialmente durante la madrugada.
“Cuando se combinan estos factores, especialmente en zonas urbanas como CABA, donde la infraestructura refleja y conserva el calor de forma distinta según el material de construcción, se dan estos contrastes tan intensos entre el día y la noche”, agregó el meteorólogo Fernando Confessore, de la Universidad de Buenos Aires.
Efectos del frío extremo en la población
El brusco descenso térmico generó un impacto directo en la vida cotidiana de los porteños. Las escuelas, hospitales y servicios públicos activaron protocolos de contingencia para proteger a personas en situación de calle, niños y adultos mayores, considerados los grupos más vulnerables frente a estas condiciones climáticas.
Además, desde el Ministerio de Salud se recordó la importancia de mantener una buena ventilación al utilizar estufas o braseros, evitar el uso de hornallas para calefaccionar ambientes y prestar especial atención a los síntomas de hipotermia e intoxicación por monóxido de carbono.
Recomendaciones ante el frío extremo
- Vestirse en capas para conservar el calor corporal.
- Asegurar una correcta ventilación en espacios cerrados.
- No usar braseros o calefactores caseros sin salida al exterior.
- Tomar líquidos calientes y evitar cambios bruscos de temperatura.
- Prestar atención a personas en situación de calle y avisar a los servicios sociales ante cualquier caso de riesgo.
¿Cómo sigue el clima?
De acuerdo con el pronóstico extendido del SMN, el fin de semana traerá temperaturas más templadas. Se espera que el sábado se registren mínimas de entre 8 y 10 grados y máximas cercanas a los 16°C. A partir de la próxima semana podrían volver las lluvias, lo que modificaría el panorama térmico y traería un alivio para quienes sufren las consecuencias del frío extremo.