En el marco del paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) para este miércoles 10 de abril, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires confirmó que las escuelas públicas permanecerán abiertas y funcionarán con normalidad. Así lo anunció oficialmente la ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel, quien aseguró que todos los alumnos que concurren a instituciones estatales tendrán clases y podrán asistir a sus establecimientos educativos como lo hacen habitualmente.

“Vamos a garantizar la apertura de las escuelas y la presencia de los equipos directivos, docentes y personal auxiliar para recibir a los estudiantes”, señaló Miguel. Asimismo, la funcionaria detalló que, tal como sucede cada vez que hay una medida de fuerza, se aplicará un descuento en el salario de aquellos docentes y trabajadores del sistema educativo que adhieran a la huelga y no se presenten a sus puestos laborales.

La postura adoptada por el Ministerio de Educación porteño busca garantizar la continuidad pedagógica y preservar el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes que asisten a las escuelas públicas de la ciudad. “Esperamos a todos los chicos en las aulas, como todos los días. Es fundamental que puedan seguir aprendiendo y que tanto las familias como los docentes puedan mantener su rutina de trabajo”, manifestó la titular de la cartera educativa.

Este anuncio se enmarca en una política sostenida por la administración porteña en los últimos años, en la que se prioriza la asistencia escolar incluso en contextos de paros gremiales, asegurando el funcionamiento de las escuelas aún cuando parte del personal decide sumarse a medidas de fuerza.

Por otra parte, se espera que los colegios de gestión privada también abran sus puertas, aunque la situación puede variar según el grado de adhesión al paro de sus respectivos cuerpos docentes, lo cual depende en buena medida de la filiación gremial de los maestros y del contexto de cada institución. En este sentido, las autoridades recordaron que en los establecimientos privados la continuidad de las clases durante paros generales suele ser alta, aunque puede verse afectada por cuestiones como el transporte público y la adhesión voluntaria del personal docente.

En cuanto a la movilidad urbana, un aspecto clave para determinar el impacto real de la huelga en la asistencia escolar, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) —gremio que agrupa a los choferes de colectivos— confirmó que el transporte funcionará normalmente durante toda la jornada del 10 de abril. Esta definición permite anticipar que no habrá inconvenientes significativos para que alumnos, docentes y personal educativo lleguen a las escuelas. De esta manera, el Ejecutivo porteño considera que el paro tendrá un bajo nivel de acatamiento en el ámbito educativo.

En declaraciones radiales, Mercedes Miguel también hizo referencia al rol de las familias: “Sabemos que muchos padres y madres hacen un gran esfuerzo para acompañar la educación de sus hijos, y por eso es clave que las escuelas estén abiertas. Que los chicos tengan clases, aprendan y compartan tiempo con sus compañeros, más allá de cualquier medida gremial”.

Desde el gobierno porteño también subrayaron que la asistencia de los estudiantes será registrada de manera habitual, al igual que la de los docentes. Por lo tanto, quienes no asistan deberán justificar su inasistencia, y los educadores que no concurran al trabajo por sumarse al paro recibirán el descuento correspondiente en sus haberes mensuales, como lo establece la normativa vigente.

Esta postura no es nueva. Ya en ocasiones anteriores, el Ejecutivo de la Ciudad había tomado decisiones similares ante medidas de fuerza de alcance nacional. En todos esos casos, se implementó un esquema de trabajo que permitió mantener la actividad en las aulas a pesar de las convocatorias a paro por parte de algunos gremios docentes o centrales sindicales.

La discusión sobre los descuentos salariales en contextos de paro ha sido objeto de debate en distintos ámbitos. Mientras los gremios suelen argumentar que el derecho a huelga está protegido por la Constitución Nacional y por tratados internacionales, las autoridades porteñas sostienen que ese derecho no puede estar exento de las consecuencias administrativas correspondientes, especialmente cuando se trata de servicios esenciales como la educación.

En paralelo, voceros del Ministerio de Educación recordaron que la ley nacional de Educación y la ley de Educación porteña establecen que la escuela debe ser un espacio abierto al aprendizaje en forma continua, y que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar que todos los niños tengan acceso efectivo a sus derechos, sin interrupciones innecesarias.

En lo que respecta al nivel de adhesión al paro en el ámbito educativo, fuentes del Gobierno de la Ciudad estiman que será bajo, basándose en experiencias anteriores. En los últimos años, los paros docentes no contaron con un alto acatamiento dentro del sistema público porteño, lo que permitió que las escuelas permanecieran abiertas y activas en la mayoría de los casos.

La ministra Miguel también señaló que los equipos de supervisión estarán atentos al desarrollo de la jornada escolar y que se elaborarán informes detallados sobre la asistencia, tanto de estudiantes como de trabajadores. “Confiamos en el compromiso de los docentes, que en su mayoría priorizan estar frente al aula. Sabemos que muchos se sienten responsables por la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje, y valoramos ese compromiso”, expresó.

A nivel sindical, algunas agrupaciones gremiales ya manifestaron su adhesión a la medida de fuerza, aunque sin dar señales de una movilización masiva en el sector educativo porteño. La CGT, por su parte, convoca a un paro general que abarca múltiples sectores, pero no organiza marchas ni actos centrales, por lo que el impacto se verá reflejado sobre todo en el nivel de actividad de cada área.

El panorama para el miércoles 10 de abril, entonces, muestra una jornada escolar prácticamente normal en la Ciudad de Buenos Aires, con el transporte público en funcionamiento, las escuelas públicas abiertas, y los colegios privados con clases dependiendo del grado de adhesión de sus docentes.

En ese marco, desde el Ministerio de Educación reforzaron la invitación a las familias para que envíen a sus hijos a la escuela. “Las aulas abiertas son una prioridad para nuestra gestión. El aprendizaje de los chicos no puede estar supeditado a decisiones políticas o gremiales. Vamos a seguir trabajando para que cada día de clases sea aprovechado al máximo”, concluyó Mercedes Miguel.

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