
La transición hacia medios de transporte eléctricos plantea nuevos retos en materia de seguridad. Por este motivo, el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) fue escenario de una jornada abierta de formación dedicada a analizar los desafíos que presenta el litio, con la participación de Bomberos, personal de Emergencias de la Ciudad, especialistas, estudiantes y representantes de distintas instituciones.
El encuentro, realizado el jueves 2 de octubre, se centró en la prevención, respuesta y mitigación de incendios provocados por baterías de iones de litio, una tecnología cada vez más utilizada en vehículos eléctricos, monopatines, scooters, teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles.
Estas baterías, cuando se dañan o son manipuladas de manera incorrecta, pueden sobrecalentarse, incendiarse o incluso explotar, debido a que contienen electrolitos inflamables. Los incidentes vinculados a su uso inadecuado han aumentado a nivel mundial, sobre todo en ámbitos urbanos.
Durante la Jornada de Gestión de Riesgos en Movilidad Eléctrica, los Bomberos de la Ciudad exhibieron los protocolos operativos y las tecnologías específicas con las que cuentan para abordar este tipo de emergencias. Entre ellas se destacó el uso del agente extintor F500, desarrollado especialmente para neutralizar incendios que involucran baterías de litio.
En la instancia práctica, los participantes presenciaron demostraciones en vivo sobre cómo este agente encapsulador permite controlar y minimizar el impacto del fuego, evidenciando la relevancia de una formación continua en este nuevo campo de riesgo.
El litio, elemento esencial tanto en la movilidad sustentable como en la mayoría de los dispositivos electrónicos actuales, combina una alta eficiencia energética con una potencial peligrosidad. Cuando una batería se golpea, perfora o sobrecarga, puede aumentar su temperatura interna y provocar un incendio o explosión.
Además, el fuego originado por baterías de litio presenta grandes dificultades para ser extinguido, ya que puede reactivarse incluso luego de haber sido controlado. Por tal motivo, los expertos enfatizan la necesidad de adoptar prácticas seguras: evitar la exposición a fuentes de calor o humedad, no dejar los equipos cargando toda la noche, realizar las cargas en ambientes ventilados y utilizar únicamente cargadores originales o certificados por el fabricante.
También resulta importante inspeccionar periódicamente el estado físico de las baterías, evitar golpes, deformaciones o intentos de apertura, y no realizar reparaciones caseras, ya que una manipulación indebida puede ocasionar cortocircuitos, sobrecalentamiento o liberación de gases inflamables.
“El interés por esta temática surgió hace dos años, cuando observamos en Brasil un importante avance en la prevención de incendios vinculados a autos eléctricos. Desde entonces, trabajamos para que el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad esté plenamente preparado”, señaló Juan Carlos Moriconi, jefe del cuerpo.
A su vez, el director del ISSP, Javier Martín López Zavaleta, celebró la iniciativa: “Nos llena de orgullo haber sido el espacio donde comenzaron a debatirse estos nuevos riesgos emergentes. El litio representa el futuro de la movilidad, pero también una nueva responsabilidad para la seguridad pública”.
Por último, Jorge Ponce, del Observatorio Metropolitano de Seguridad Pública, subrayó que “las baterías de propulsión eléctrica ya forman parte de nuestra vida diaria, por lo que es indispensable capacitarse y saber cómo actuar ante emergencias de esta naturaleza”.