Esta semana los chicos y chicas de séptimo grado de diferentes escuelas primarias públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires regresan a ver a sus docentes y compañeros, en lugares abiertos y bajo precisos protocolos sanitarios. La semana antepuesta habían vuelto a clases los estudiantes de 5º y 6º año de la escuela secundaria.
Como objeto principal tenemos complementar la virtualidad con solicitudes de apoyo presencial para escoltar en el cierre del ciclo escolar. También, se busca beneficiar el encuentro, la socialización y el aprendizaje comunitario, motivo por el cual la presencialidad es un instrumento preciso para fortificar y asistir el cierre de las trayectorias escolares.
Protocolo de vuelta a clases:
Mantener un distanciamiento social de al menos 2 metros.
Se utiliza el tapabocas en todo momento y lugar.
Se Controlara la temperatura a todas las personas que integren el establecimiento.
Se usan solamente los espacios abiertos.
Los turnos son de entre una hora y media y cuatro horas (según la escuela) y al menos 30 minutos libres entre turnos para la asepsia de las zonas de trabajo de los niños y adultos.
Los grupos deberán ser reducidos (no más de 10) y con el formato “burbuja, sin intercambio con otros pequeños.
El ingreso debe ser en forma escalonada, con discrepancia de 15 minutos entre cada burbuja.
Las diligencias deben planearse periódicamente por docentes y equipo de conducción, tratando momentos de aprendizaje de contenidos priorizados, actividades recreativas, dinámicas, flexibles y convocantes.
Los chicos concurren con las Computadoras facilitadas por el Gobierno de la Ciudad, igualmente de los fascículos del Ministerio de Educación y materiales impresos.